domingo, 12 de febrero de 2017

Libro viejo


Ligero, delgado y bello te acomodas en
el hueco de mis años, sincero sabio y eterno,
te perdiste en la mudanza de un verano.

Amigo de tantos inviernos, noches de vela
en vano, consuelo de malos tiempos,
santo y seña supieron  amargos.

Juicio en los infiernos a la espera de un milagro,
el diablo anda huyendo de mujeres en pecado,
en la esquina muere el silencio.

La calle despierta a un borracho,
va cantando
los secretos de aquellos bares cerrados, 
amores en los espejos, pasiones de rama en ramo.

Hoy domingo está lloviendo, el perdón sella unos labios,
el futuro anda inquieto con historias del pasado,
palabras de un libro viejo, despertaron en mis manos.

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